domingo, 27 de noviembre de 2011

Conferencia sobre Políticas de la Memoria en Embalse

Memorias del centenario…


El presidente del Archivo Nacional de la Memoria (ANM), doctor Ramón Torres Molina, brindó una conferencia en Embalse sobre Políticas de la Memoria, el pasado viernes 25 de noviembre de 2011. 


Se transcribe a continuación una parte de la disertación:

"... Cuando hablamos de la memoria, de memoria histórica, hablamos de una actitud activa de grupos de un país determinado, de organizaciones no gubernamentales, de sectores étnicos, incluso puede ser de un país; que desarrollan una labor activa en favor de la interpretación de determinada etapa de la historia de un país. Por eso no hay una sola memoria, hay varias memorias, puede haber una memoria hegemónica, predominante, pero siempre hay cuestionamientos a esa memoria, que en un determinado momento puede ser hegemónica o predominante.  Estos temas se desarrollan en nuestro país como consecuencia de los hechos que se vivieron en las dos últimas dictaduras, principalmente en la última dictadura, por lo que hay que tomar como un período continuado la dictadura que comienza en 1966, que tiene su intervalo inestable del 73 al 76, y que se continua del 76 hasta el 83.


Y sobre esos hechos, sobre esa etapa de nuestra historia reciente, por lo menos existieron tres paradigmas interpretativos. A su vez esos paradigmas fueron evolucionando y se fueron modificando incluso. El primer paradigma es el que trató de imponer la dictadura, la última dictadura, mientras mantuvo el poder, mientras conservó el gobierno. Ese paradigma nos decía que los hechos que se habían producido en el país, estaban justificados con el pretexto, con el argumento -decían ellos- de reprimir el terrorismo o la subversión. Hay algo que nos muestra el desarrollo de ciertos aspectos de las políticas de seguridad nacional, que fundamentaban ideológicamente a las dos últimas dictaduras, que es el término subversión, que no es un término político neutro o un término que se utilice en la teoría política, sino  que es un término específicamente utilizado por las políticas contrainsurgentes y por los modelos contrainsurgentes que elaboraron las fuerzas armadas. Esto basado en la doctrina que elaboraron los franceses que habían participado en la represión de los movimientos independentistas, de Argelia primero y de Indochina después, y que fueron perfeccionados por los Estados Unidos, pero también con el aporte francés, porque los militares franceses formaban parte de las escuelas de contrainsurgentes que se crearon en los Estados Unidos. Se dieron las bases de estas teorías contrainsurgentes, y los norteamericanos las perfeccionaron, sobre todo con elementos técnicos, con elementos tácticos que utilizaron en la lucha contrainsurgente. Esto se llamó doctrina de la seguridad nacional. Quizás la mejor síntesis fue dada por Onganía, que fue nuestro presidente de facto en el año 66, y que lo sintetizó diciendo en una conferencia que dió en la escuela militar de West Point de Estados Unidos, que lo que existían en ese momento, era aproximadamente el año 62- 63, lo que existían en ese momento no eran más las fronteras físicas que dividían a los países sino que las fronteras en ese momento, y a partir de ese momento, eran ideológicas. Entonces el pueblo, se transformaba en el enemigo infame que las políticas contrainsurgentes debían controlar o debían reprimir. 


Esta interpretación, el primer paradigma interpretativo que trató de dar la dictadura militar tuvo modificaciones en sí mismo. Los primeros años de la dictadura militar, los años 76 principalmente 76- 77, nos decían que esta interpretación, que los hechos de violencia que se producían, la desapariciones forzadas de personas que se producían en el país. Hechos atroces que difícilmente tengan comparación, con los países limítrofes no tienen comparación, que se pueden comparar con Guatemala, se pueden comparar con la Alemania nazi, pero no su intensidad y gravedad con los países limítrofes. Estos hechos decía la dictadura en un primer momento son producto de grupos de derecha incontrolables. Como eso obviamente no era así, y la realidad desbordaba esas afirmaciones, continuaron diciendo que los hechos que se habían producido en nuestro país, eran producto de excesos cometidos en la represión a lo que llamaban la subversión o terrorismo. Efectivamente, obviamente, la naturaleza de los hechos, la magnitud de los hechos, no admitía esta explicación, dieron el argumento de que eso era producto de una guerra, de una guerra antisubversiva que se había desarrollado en el país. Argumentos que no tomaron en cuenta que en toda guerra hay leyes de la guerra, contempladas en los convenios de Ginebra, hay convenios complementarios a las convenciones de Ginebra, que hablan de los conflictos cerrados internos, que recogen la experiencia y la práctica que se venía desarrollando con anterioridad en las guerras, tanto guerras exteriores como internas, y que de ninguna manera las leyes de la guerra permiten la tortura, la violación, la desaparición de personas, los homicidios de prisioneros, hechos todos que se produjeron en nuestro país.


Una segunda interpretación que se dio a los hechos que había vivido nuestro país, una interpretación de la memoria, fue la que apareció en el año 83- 84 cuando se reestablece el sistema constitucional. Ahí nos dicen que las luchas que se habían desarrollado en nuestro país y que la represión que se había desarrollado era producto de grupos armados, grupos organizados, que se habían enfrentado entre sí. Hablaba con otra terminología de fuerzas armadas y de organizaciones guerrilleras. Posteriormente esto se denominó la teoría de los dos demonios, y llevaba en esa primera época a un igual nivel a uno y otro de los grupos enfrentados en esa época. Lo característico de esto, lo significativo de esto, es que eliminaban al pueblo como protagonista y víctima de la historia y de los hechos que vivió nuestro país. Pero si el pueblo no hubiese participado, si no hubiese hecho movilizaciones contra la dictadura, como si no hubiese hecho paros. Como si los sectores que paraban, los sectores trabajadores que pararon no hubiesen sufrido la represión, como si aquellos que desarrollaban actividades en los barrios, actividades sociales en los barrios, tampoco habían sufrido. Así como los sectores de la iglesia que cuestionaban al poder absoluto militar de esa época, como ocurrió con los sacerdotes del obispo riojano, fuesen partícipes de acciones armadas que participaban en la subversión, de acuerdo a la terminología que ellos utilizaban. Y en síntesis, eliminaron al pueblo como protagonista de la historia y de los hechos que se habían vivido en nuestro país. Un ejemplo notable de esta interpretación está dado en el prólogo que se hizo al Nunca Más en esa época, el año 84- 85, cuando fue publicado. Y además un ejemplo notable que vale la pena releerlo y analizarlo, fue la sentencia que se dio en el juicio a los comandantes en el año 85, que fue un hecho indudablemente histórico, sin precedentes, que abrió caminos, no hay ninguna duda, pero los conceptos que se utilizan, en los fundamentos de ese fallo, están totalmente imbuidos de esa doctrina de la seguridad nacional. Eso nos demuestra el peso que tuvo esta doctrina y esta ideología que emplearon las fuerzas armadas en esa época. Y esos fundamentos, por ejemplo que consideraban fuerzas legales a las fuerzas militares que habían asaltado al poder político y que cometían estas atrocidades. Y en esas sentencias eran llamadas fuerzas legales, o que se atribuía a lo que se denominaba la subversión la iniciación de las acciones armadas, olvidando que esta fue una respuesta a situaciones, al golpe militar que se produjo en el 66, que no daba algún otro tipo de salida, que no daba salidas electorales. Olvidando también que si tenemos que marcar una fecha de la violencia en la Argentina en las últimas décadas, esa fecha es el 16 de julio de 1955, donde se bombardea al pueblo en la Plaza de Mayo, y a eso agregar la  muerte de 308 personas como producto de ese bombardeo.


El bombardeo de Plaza de Mayo por la aviación naval el 16 de julio de 1955, provocó al menos 308 muertos entre la población civil


Entonces olvidando estos antecedentes, hablar como fuerzas legales a las fuerzas que reprimían a las organizaciones guerrilleras, pero también a un pueblo, y ponían en un pie de igualdad a una y otra posición. Esta teoría también sufrió modificaciones, la teoría subsiste en algunos sectores, pero la modificación consiste en que consideran mucho más grave, cosa que es real, los hechos protagonizados por el terrorismo de Estado que por la guerrilla. Y nos dicen pues, que terrorismo de Estado contó con todo el apoyo del aparato estatal, con toda la fuerza del aparato estatal. Pero esa fue la teoría que predominó del 83 durante varios años.


Y una tercera teoría, un tercer paradigma interpretativo de la memoria, es el que observamos en la actualidad, que hace una reivindicación de las luchas contra las dictaduras. Más allá de los errores de estas luchas contra la dictadura, más allá de los errores graves que se cometieron en la lucha contra la dictadura. Pero lo que observamos en la actualidad, en concordancia con el artículo 36 de la Constitución Nacional, que no lo advierten muchos teóricos del derecho, ni lo advirtieron en gran parte los convencionales constituyentes que sancionaron esta norma en el año 94, pero este artículo conserva el derecho de resistencia a la opresión. Entonces la interpretación actual que observamos nosotros en gran parte de los sectores, la interpretación predominante es la reivindicación de esa lucha contra la dictadura, más allá de la efectividad de esas luchas y de los errores que pudieron haberse cometido en estas luchas.


La primera teoría, el primer paradigma interpretativo que trató de incorporar la dictadura militar y que aun siguen defendiendo quienes son apologistas de los hechos de la dictadura, o son defensores de quienes son procesados en la actualidad por delitos de lesa humanidad. Registra una modificación en el sentido de que ahora nos hablan del juzgamiento completo, porque se están juzgando las violaciones a los derechos humanos, y nos hablan también de memoria completa, cosa que es un contrasentido. La memoria como explicábamos corresponde a sectores sociales, a sectores políticos, a una determinada época, no se puede homogenizar un memoria en conjunto del país, y al hablar de esta memoria completa pretenden una política pretendidamente de pacificación, a través de una amnistía que lleve a la liberación de las personas que son procesadas por el delito de lesa humanidad. En este cambio, fíjense que antes hablaban de la reivindicación del terrorismo de Estado, de la reivindicación de la lucha contra la subversión -como la llamaban-, y ahora que hablen del juzgamiento de todos. Implica un cambio profundo, total, porque no pueden dejar de ignorar que aquí la dictadura cívico militar cometió atrocidades que deben ser revisadas. Y cuando piden el juzgamiento de otros hechos, no toman en cuenta que tales delitos en el caso de que existiesen no son de lesa humanidad, y en consecuencia han prescrito, y que además de eso siempre funcionarios de los órganos de justicia que procesaron a las personas que pudieron, que sometieron a juicio, que encarcelaron a las personas que pudieron detener y que muchas de ellas que participaron en acciones de la guerrilla, no fueron procesadas ni juzgadas porque fueron desaparecidas, sin juicio, sin ningún tipo de juicio y en consecuencia la misma dictadura negó esos hipotéticos juicios que ahora pretenden a las personas que participaron en esas acciones.


Nosotros cuando hablamos de la memoria completa, nosotros quisiéramos tener toda la documentación que tuvo en su momento la represión. Que nos permita no, tener esa memoria completa, sino un mayor esclarecimiento de los hechos que se produjeron en nuestro país. Ustedes saben que la documentación de la dictadura, que llevaba registros sobre las personas que detenían, llevaba registros sobre el destino de esas personas, se detiene por orden de tal... militar a tal persona, eso consta en algunas planillas que hemos encontrado, a veces fotocopias, pero está quien dispone la orden de esa persona, a dónde es trasladada esa persona y el destino de esa persona, generalmente una "L" que era liberado, o un "T" que significa traslado, traslado que significaba la muerte. Esa documentación existió. Al terminar la última dictadura en el año 83, poco antes de terminar, sancionó un decreto, y paralelamente el Comandante en Jefe del Ejército dio una orden de destrucción de esta documentación. Nosotros creemos que esa documentación no fue destruida, sino fue sustraída de poder del Estado. Y que seguramente está oculta en algún lugar... y alguna vez vamos a encontrar esa documentación.  Pero nosotros precisamente a aquellos que proponen esa memoria completa quisiéramos que como complemento de los hechos que se produjeron en nuestro país, nos diesen esa documentación. Nosotros exhibimos esa documentación, no tenemos ningún inconveniente, a pesar de los análisis incorrectos o disparatados que pueda haber en el desarrollo de la documentación. Es muy interesante el análisis de esa documentación, en los pocos elementos que nosotros hemos conseguido.


La memoria histórica entonces es una valoración de los hechos principalmente después de que acontecieron, generalmente la memoria precede a la historia. La historia es la reconstrucción científica de los hechos del pasado a través de la historia de las últimas épocas, a través básicamente de documentos, eso nos permite una reconstrucción científica, una certeza de la historia. Pero generalmente esa historia está precedida de una memoria que le da una interpretación previa a los hechos que sucedieron con anterioridad... "




A continuación se ofrece el audio de la entrevista al doctor Ramón Torres Molina. Para escucharla pulse Play en la aplicación siguiente:






El Archivo Nacional de la Memoria (ANM)
El Archivo Nacional de la Memoria (ANM) fue creado el 16 de diciembre de 2003 a través del Decreto Nº 1259/03 modificado por Decreto Nº 1852/07 como organismo desconcentrado en el ámbito de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, para obtener, analizar y preservar informaciones, testimonios y documentos sobre el quebrantamiento de los derechos humanos y las libertades fundamentales en que esté comprometida la responsabilidad del Estado argentino y sobre la respuesta social e institucional ante esas violaciones. Desde noviembre del 2007 el ANM funciona en el Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos -Av. Del Libertador 8151 (ex ESMA)-, en la Ciudad de Buenos Aires.

Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos


El acervo que integra el ANM está constituido por el fondo documental de la Secretaría de Medios de la Presidencia de la Nación desde 1940 hasta 1983; los archivos CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y SDH (Secretaría de Derechos Humanos); la documentación relacionada con las leyes de reparación a las víctimas del terrorismo de Estado, y otros fondos documentales. A su vez, se encuentra en marcha un relevamiento orientado a la búsqueda y recuperación de documentos dispersos en diversas esferas de la Administración Pública –tanto de las Fuerzas Armadas y de Seguridad como en los distintos ministerios y agencias gubernamentales-, e igualmente se recupera la información producida en las causas judiciales, con el objetivo de esclarecer el funcionamiento de la represión ilegal del Estado para exterminar la resistencia y disciplinar a la sociedad. Existen acuerdos de cooperación con otros poderes del Estado y con instituciones no gubernamentales como medios de comunicación, asociaciones políticas, gremiales, profesionales y empresarias, que permitan acceder y/o duplicar material gráfico y audiovisual que se encuentre en sus respectivos archivos. A partir de convenios con países latinoamericanos se promueve el intercambio de documentación relacionada con acciones represivas coordinadas internacionalmente con el objetivo de avanzar en la conformación de un archivo regional de derechos humanos.

Doctor Ramón Torres Molina


Ramón Torres Molina es abogado de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas y de las Abuelas de Plaza de Mayo. Participó en 340 casos sobre violaciones a los derechos humanos entre los años 1983 y 2007. Fue redactor de la primera denuncia argentina que llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La disertación estuvo organizada por la Comunidad Regional, municipio de Embalse, y la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia.

por Felix Vadillo

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